La importancia de una buena Alimentación en los Niños

Alventus

Las tasas de sobrepeso y obesidad infantil se han disparado en los últimos años hasta tal punto que se está empezando a conocer como la epidemia del siglo XXI. Pero mientras, en la mayoría de los hogares españoles el gran dilema diario es “¿qué comemos hoy?”.

La respuesta a esta pregunta sería muy sencilla si no pusiéramos en juego nuestra salud y la de nuestros hijos, pero lo cierto es que sí lo hacemos, aunque no notemos los efectos a corto plazo.

Desde hace años se nos viene bombardeando con diferentes y novedosas dietas: la dieta Atkins, la dieta de la Clínica Mayo, la dieta Dukan, la dieta macrobiótica, la dieta de la alcachofa, la paleodieta… ¿Qué tienen todas estas dietas en común? Favorecen una gran pérdida de peso en poco tiempo (ése es el factor de atracción con el que juegan), pero ¿a qué precio? Muchas nos deshidratan, lo que implica una sobrecarga del sistema renal además de una pérdida de electrolitos, que puede afectar seriamente a nuestra coordinación motora; otras nos producen una situación de cetoacidosis en la que la poca ingesta de hidratos de carbono obliga al cerebro y al resto del organismo a utilizar grasas para su funcionamiento (hasta aquí todo bien, si no fuera porque el cerebro sólo puede utilizar glucosa); y así podríamos rellenar hojas y hojas.

Y llegados a este punto ya no sabemos a quién hacer caso… ¿Y si se lo hacemos a los dietistas-nutricionistas? Al fin y al cabo es un colectivo especializado en la alimentación y la nutrición de la población.

Ellos, los dietistas-nutricionistas, aconsejan la conocida dieta mediterránea como el modelo dietético de elección. A grandes rasgos, esta dieta se fundamenta en el consumo de cereales integrales, legumbres, frutas y hortalizas, y recomienda también los frutos secos y el aceite de oliva para cocinar. Además, sugiere reducir las carnes rojas, los huevos y el pescado, pero no excluye ningún alimento (no es una dieta restrictiva).

¿Y qué hay de sus beneficios? Bueno, estamos hartos de oírlos: reduce el riesgo de enfermedad coronaria, de diabetes, de sobrepeso y obesidad, de cáncer…

Ahora bien, a un adulto es algo complicado reeducarle, nutricionalmente hablando, pero los niños son otra historia: los niños están en una etapa de crecimiento donde no sólo crecen físicamente, sino que también lo hacen intelectualmente gracias a las cosas que aprenden a diario (los papás, los profes, incluso la televisión les enseña cosas). Pues es justo aquí donde nos tenemos que apoyar en los dietistas-nutricionistas, esos profesionales de la salud que pueden explicar a nuestros niños los beneficios de comer bien, con juegos e historias (claro, son niños, así que todo hay que hacerlo divertido), al tiempo que nos ayudan a nosotros, los papás, a comprender por qué tenemos que elegir unos alimentos y no otros, y por qué no es conveniente castigar o premiar con la comida (“estás castigado así que hoy no hay postre”, o “como te has portado bien te compro un helado” podrían ser ejemplos muy comunes).

Los padres deberíamos exigir que se nos forme y se nos informe, tanto a nosotros como a nuestros hijos, en lo que a alimentación se refiere, por eso una buena propuesta sería la impartición de talleres o >Actividades Extraescolares de educación nutricional.

Desde Grupo Alventus estamos muy agradecidos a Aurora Fernández, ex-monitora de Art-Attack en el CEIP Madrid-Sur (El Pozo) por su colaboración en el blog con este articulo, y tomamos nota de lo que nos cuenta ¡Gracias Aurora!
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