Es muy habitual que cuando los niños se aburren en casa, los padres dejemos para más tarde lo que estamos haciendo para tratar de entretenerles pero, ¿Es esto positivo para ellos? ¿Ayudamos así a nuestros hijos?
Partiendo de la idea de que los padres somos un modelo para nuestros hijos, el compartir actividades de ocio en familia permite a los niños descubrir distintas formas de divertirse de una forma saludable. Tanto los adultos como los niños, preferimos compartir nuestro tiempo libre con amigos o familiares, pero lo cierto es que esto no siempre es posible. Por ello, desde niños debemos conocer distintos recursos que nos permitan disfrutar de nuestro tiempo libre, conociendo nuestras aficiones y habilidades para desarrollarlas de forma individual.
No podemos convertirnos en el “bufón” de nuestros hijos, y ser nosotros quienes, en todo momento nos encarguemos de entretenerles. Debemos motivar a los niños a conocer cuáles son sus aficiones y ofrecerles recursos para que organicen su tiempo de ocio. De esta forma, conseguiremos, además de evitar las constantes quejas de “aburrimiento”, enseñarles a disfrutar de su tiempo libre.
¿Cómo hacer para que los niños no se aburran?
El dejar que los niños se aburran puede ser positivo si les ofrecemos distintas opciones para que ellos decidan qué hacer, les estaremos ayudando a ser responsables y creativos, y a desarrollar esas actividades de una forma enriquecedora para ellos.
Para ello, es conveniente que los padres contemos con algunas opciones para poder ofrecerles, no consiste en decirles lo que tienen que hacer para entretenerse, sino hacer que ellos sean capaces de elegir.
Los libros, películas, juguetes, juegos de mesa y de ordenador, son los recursos más utilizados por los niños. En muchas ocasiones, esto resulta insuficiente para que se entretengan, especialmente en períodos en los que su tiempo libre es muy amplio.
Con el fin de ampliar sus recursos y hacer que su aburrimiento se vea reducido sería positivo que elaboráramos con ellos una lista de posibles actividades que puedan realizar ellos solos en casa. Dependiendo de la edad del niño podemos adaptar algunas de ellas teniendo en cuenta sus capacidades y habilidades. Por ejemplo, una caja de ropa vieja para disfrazarse y representar algún cuento, material de reciclaje y papelería para decorar su habitación o realizar sencillas recetas de cocina pueden ser algunas de las propuestas.