La conciliación de la vida laboral y familiar es un reto para cualquier familia con hijos o hijas. Cuadrar vuestros horarios con los escolares es una tarea diaria que puede suponer estrés, esfuerzo y muchos quebraderos de cabeza. Esto se hace notar especialmente en verano: los niños y niñas gozan de dos meses de vacaciones y surge la pregunta: ¿qué hacemos? Los campamentos urbanos son la mejor opción para despreocuparos durante el verano.
¿Por qué elegir un campamento urbano?
Los campamentos urbanos o escuelas de verano ofrecen a las familias todo lo que necesitan para dejar de preocuparse por lo que harán con sus hijos durante los meses estivales. Gracias a que la mayoría de ellos cuentan con un horario como el de la jornada escolar, podréis ir a buscarlos como cada día sin problemas de tiempo y sin tener que cambiar vuestros turnos de trabajo.
Para ellos, además, es una experiencia nueva y diferente a la del resto del curso. Aunque sigan estando en el mismo colegio, en un campamento urbano no hay clases sino muchos momentos para la diversión y entretenimiento. Talleres, juegos, actividades con agua, deportes y, en muchos casos, piscina. Motivaciones más que suficientes para que a los peques no les falten ganas de seguir yendo al cole en verano.
Los campamentos urbanos no sólo son un beneficio a la hora de adaptar horarios; también suponen una ocupación para niños y niñas durante tan largas vacaciones. Tener la mente ocupada, hacer cosas, seguir trabajando y pasándolo bien en compañía de otros niños es fundamental para que no pierdan el ritmo, no les cueste la vuelta al cole y para su desarrollo físico y mental. Ellos y ellas necesitan, más que nadie, mucha actividad. Además ¡no hay nada más aburrido que estar en casa sin hacer nada!
¿Habéis mandado alguna vez a vuestros hijos a un campamento urbano? ¿Cómo fue la experiencia? Si quieres contarnos las ventajas que supuso para ti y convencer a otras familias, ¡no dudes en dejar un comentario!