Se acercan las vacaciones de verano y, por tanto, el momento en el que los padres empezamos a plantearnos cómo organizar este tiempo libre para nuestros hijos.
Actualmente existen muchas ofertas de ocio que permiten que los niños disfruten de este tiempo libre a través de actividades interesantes y motivadoras para ellos, a la vez que interiorizan ciertos valores como la autonomía, la creatividad o la convivencia.
Estas ofertas, dirigidas a los períodos de vacaciones escolares, ofrecen a los padres la posibilidad de utilizar recursos como las Escuelas de Verano para compaginar la necesidad de ocio de los niños con las responsabilidades laborales de los padres.
¿Por qué elegir una Escuela de Verano?
Además de prestar un servicio conciliador a las familias, las Escuelas de Verano aportan a los niños muchos otros beneficios.
- Vivir el colegio de una forma diferente. En muchas ocasiones, las Escuelas de Verano se realizan en el propio centro donde el niño acude normalmente, por este motivo, el espacio de estudio se convierte en un espacio donde lo que prima es pasárselo bien.
- Potenciar relaciones sociales que han mantenido durante el curso escolar compartiendo un tiempo de ocio y convivencia.
- Disfrutar de actividades, juegos, deportes, talleres, etc. interesantes y motivadoras, que les permite conocer formas saludables de pasar el tiempo libre.
- Desarrollar habilidades sociales que les permiten aprender a trabajar en equipo, establecer relaciones positivas con sus iguales y fomentar su autonomía.
- Mantener obligaciones y responsabilidades diarias establecidas de forma lúdica. Responsabilidades diferentes a las que habitualmente tienen en la escuela, pero que suponen un mantenimiento de determinadas conductas y actitudes.
Estos beneficios son en parte posibles gracias a los monitores que llevan a cabo este tipo de actividades de ocio. Personas jóvenes, responsables, dinámicas y con un sentimiento común acerca de la importancia de la educación de los niños. Personas que plantean las Escuelas de Verano como un momento de disfrute de los niños sin olvidar la importancia de estimular la interiorización de valores y su desarrollo personal y social.