Si alguien nos dijera ahora mismo: “¿Puedes vivir sin Internet?” La respuesta sería, sin titubeos: “No.” Necesitamos estar en conexión constante con el mundo. Las redes sociales, la información inmediata sobre cualquier cosa que ocurre a nuestro alrededor y las infinitas posibilidades que ofrece la Red de redes pueden resultar tan útiles y positivas como peligrosas si perdemos el control del uso que hacen de ella niños y niñas.
Ciberacoso infantil, seguridad y grooming
El fácil acceso a Internet, a las redes sociales y todo tipo de sitios Web desde ordenadores, tabletas o teléfonos móviles genera en las familias temor a lo que niños y niñas puedan encontrarse o a que sean víctimas del ciberacoso. Así, surgen dudas acerca de cuál es la mejor manera de acercarles a Internet y que sepan hacer buen uso del mismo sin crearles una imagen exclusivamente negativa de la Red y, sobre todo, sin violar su intimidad.
El grooming es un tipo de acoso a través de Internet que se caracteriza por el ataque a personas en edad infantil y juvenil a través de la creación de un nexo emocional y psicológico con la víctima. Un problema cada vez más presente por el aumento de las facilidades para el acceso a Internet que, sin embargo, los adultos pueden ayudar a prevenir.
Desde el programa de uso responsable de la tecnología y la construcción de ciudadanía digital argentino “Con vos en la Red” recomiendan trasmitir a los pequeños el valor de Internet como herramienta para la educación y la convivencia. Hacen hincapié en la importancia de la prevención para evitar las malas prácticas on line sin la necesidad de recurrir a la prohibición. Empieza por hablar con ellos naturalmente y recuerda que los consejos que les das para su vida diaria en la calle, con amigos o en el colegio, son útiles también cuando navegan por Internet, sobre todo ahora que la línea entre lo off y lo on line se nos vuelve tan delgada.
Se trata, en definitiva, de respetar del uso que hagan de Internet, haciéndoles saber cuáles son los límites y los posibles peligros sin olvidarnos de los recursos positivos que aporta la Red para el conocimiento y el entretenimiento.