Hablamos con Verónica Cinta sobre TDAH

Alventus

El trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad, (TDAH) es una de las principales preocupaciones de padres y madres hoy en día al ser la alteración del comportamiento más diagnosticada en edad escolar. Queríamos saber más sobre este trastorno y hemos recurrido a Verónica, una de las asesoras pedagógicas de Alventus. Verónica es maestra en Educación Primaria y tiene formación en Pedagogías Alternativas y Educación Activa.

¿De qué hablamos cuando decimos que un niño o niña tiene TDAH?

Creo que es simplemente la naturaleza del niño: quieren descubrir, quieren hacer y lo que necesitan es seguir su instinto natural. Ellos mismos van a aprender a controlarse porque tienen que cumplir unas ciertas normas para encajar y eso lo van controlando, asimilando, naturalizando. Hoy en día es difícil; vivimos en pisos de noventa metros cuadrados y queremos o necesitamos que estén quietos porque en casa hay muchas cosas o muchas personas en algunas y es un jaleo tener a alguien correteando por casa. Primero, ya no salen a la calle como hacíamos antes, por tanto, no tienen ese desfogue. Segundo, sales a la calle y tú misma lo puedes ver: un montón de luces, de colores, muchas cosas que llaman la atención, que te alteran. Si a un niño con un problema de este tipo le llevas al campo, estoy segura de que desaparece, se suaviza o disminuye porque va a tener un espacio donde soltar toda esa energía que tiene dentro.

Entonces, ¿no crees que se trate de un trastorno?

El TDAH existe como tal sólo desde el momento en que te lo diagnostican pero hay diferentes tipos. Puede ser sólo hiperactividad, por déficit de atención, puede ser mixto. Hay muchas variantes. Sobre todo hay que fijarse en las causas que provocan que le pongamos este nombre a lo que le pasa al niño. Puede ser la falta de atención, puede ser que no pueda estar quieto, que necesite actividad constante. Dicen que estos niños no tienen capacidad de atención o la tienen muy reducida. Capacidad de atención sí tienen: si tú les pones algo interesante, que a ellos les guste, sí la tienen. Pero tiene que ser en un periodo de tiempo corto. Es como el trabajo en educación infantil; las actividades tienen que tener una duración corta porque no pueden tener la atención centrada más de quince minutos en lo mismo ya que no están preparados todavía. Pues lo mismo le pasa a estos niños. Y esto le pasa a un niño hiperactivo, a un niño que tiene una patología de autismo o a cualquier persona. Esto nos pasa a todos.

¿Qué cosas del entorno del niño pueden influir en que se le diagnostique este trastorno?

Hay diferentes teorías en cuanto a la educación que te explican cómo es la evolución de una persona según su entorno pero muchas coinciden en que si a un niño pequeño le alteras cualquier cosa de su entorno, no sabe cómo canalizarlo y cada niño lo saca fuera de alguna manera. María Montessori decía que el bebé tiene que normalizar su vida, la llegada al mundo; necesita tener siempre lo mismo y componer su percepción de la realidad. Si le sacas de lo que es para él lo normal, no tiene forma ni habilidad para poder expresarse con palabras. El simple hecho de que ese día, por ejemplo, la mamá haya quitado las cortinas porque las haya echado a lavar, y el niño no las vea, puede provocarle pasar toda la noche llorando.
En un niño con hiperactividad puede ser que no sale de su casa. Está nervioso, necesita aire, necesita ver el mundo y puede ser que la familia no tiene tiempo o que no tienen recursos para salir a la calle. No tiene por qué ver con él, no es algo que la familia haga conscientemente, pero hay algo en el entorno que está fallando o que a él le falla.

Si a un niño pequeño le alteras cualquier cosa de su entorno

no sabe cómo canalizarlo y

cada niño lo saca fuera de alguna manera.

¿Cómo pueden actuar las personas del entorno de una niña o niño diagnosticados con TDAH?

Lo idílico es dejarles que se comporten como ellos necesitan y quieren en el momento. Realmente no es algo que ellos quieran; es algo que les llama la atención y que necesitan. Dejemos que respondan a esas preguntas. Si ese niño en ese momento quiere correr es porque está teniendo una necesidad física, ¿por qué no le dejas que eche una carrera? Esto en clase, hoy en día, no se puede tal y como nosotros entendemos lo que es el colegio, tienes que seguir ciertas normas.

¿Qué tipo de normas?

No hay una teoría única que te diga cómo trabajar con un niño que sea más nervioso. Puedes buscar un tipo de trabajo que te sirva de forma general pero siempre va a haber diferencias entre un caso y otro. Lo mejor es intentar conocer al niño lo máximo posible, saber qué le llama la atención y encontrar eso, lo que más le apetece, dónde focaliza y, en base a eso, seguir tu trabajo. Poner un sistema de recompensas: vas dando fichas, como puntos, y cuando tienes un número de ellas lo puedes cambiar con una recompensa. Es una forma de empezar a enseñar el autocontrol. Y, además de las normas, tampoco hay que olvidar los límites. Son necesarios para encajar esas normas, saber que existen unos límites que no se pueden pasar. Hay que diferenciarlo, porque una cosa es que se tenga una necesidad y otra que no se conozcan los límites para una buena convivencia.

Además del TDAH, ¿qué otros problemas de conducta o trastornos se dan más habitualmente en edad escolar?

Como problemas de conducta, el más desarrollado y que te abarca todo, es el TDAH. Un niño que es agresivo también entra dentro de este trastorno. Casi cualquier problema que tenga el niño. Otros problemas que se pueden ir dando, dependiendo de la etapa del desarrollo en la que el niño se encuentra, puede ser desde enuresis, trastornos del sueño, tics o simplemente el niño que miente. Pero son trastornos que evolucionan, como lo hace el niño, durante toda la infancia, hasta que terminan desapareciendo.

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