Cuando pensamos en la educación de nuestros hijos nos surgen muchas dudas respecto a cuándo decir “no”, cómo poner límites, de qué forma establecer una comunicación positiva, cómo ganarnos su confianza, cuál es la mejor forma de solucionar los conflictos, cómo hacer que aprendan a manejar su frustración, y muchos otros aspectos que nos llevan a plantearnos periódicamente si nuestra forma de actuar es la más adecuada.
¿Disfrutan los niños de un tiempo libre de calidad? ¿Conocemos la importancia de educar a nuestros hijos en el tiempo libre?
Transmitir a nuestros hijos la necesidad de tener un tiempo libre de calidad es, quizás, uno de los aspectos de la educación que en más ocasiones se olvida.
La educación en el tiempo libre permite mejorar la calidad de vida de los niños y, a través de ella, prevenimos conductas relacionadas con la ansiedad, aislamiento, depresión y un sinfín de los males que aquejan actualmente a nuestra sociedad. Por ello es importante que esta educación comience desde la niñez.
Es importante que los padres tengamos en cuenta algunos aspectos relacionados con la educación en el tiempo libre para poder hacer frente a cuestiones relacionadas con esto.
En primer lugar, hemos de considerar que el tiempo libre debe ser un proceso creativo, no un elemento de consumo. Es habitual que los niños dediquen parte de su tiempo a jugar con juguetes, consolas, videojuegos, ordenadores, etc. y, aunque este tipo de actividades de ocio no tienen por qué ser negativas, los niños tienen que aprender a desarrollar su imaginación para poner en práctica actividades de ocio en las que no necesiten estos recursos materiales.
En segundo lugar. Las actividades de ocio deben actuar como estímulo, despertando el interés del niño y motivando determinadas actitudes. En muchas ocasiones, somos los padres quienes imponemos determinados juegos o actividades a nuestros hijos que, lejos de resultar interesantes para ellos, provocan una actitud de rechazo que, como consecuencia pueden generar situaciones de estrés y desmotivación.
Por último, destacar la importancia de que los niños utilicen distintos lugares y recursos donde desarrollar su tiempo de ocio. En este aspecto, caben destacar los centros de ocio, bibliotecas, parques, centros culturales, etc. que ofrecen una gran variedad de actividades que suponen un punto de encuentro para niños de edades similares y que facilitan la interiorización de normas de convivencia, valores y actitudes de participación.