En muchas ocasiones, una pelea entre hermanos o compañeros acaba generándonos «dolor de cabeza» a nosotros mientras que ellos, al rato están jugando juntos y riendo como si nada hubiese pasado.
Ante una pelea, nuestra reacción debe ser rápida y muchas veces no sabemos cómo actuar. Generalmente a posteriori nos planteamos si deberíamos no haber intervenido para que lo solucionaran entre ellos, si deberíamos haber tomado parte por uno o por otro, o si deberíamos haberlos separado mandando a cada uno a habitaciones diferentes.
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¿Cómo puedo actuar ante una pelea?
La gestión de estos conflictos es diferente según diversos factores. Vamos a diferenciar las peleas en cuatro tipos en función de los cuáles actuaremos de forma diferente:
Tipo A. Pelea normal, sin riesgo de hacerse daño entre ellos:
- – No hacemos caso.
- – Nos autoconvencemos de que los niños pueden solucionarlo ellos mismos y de que están teniendo una experiencia práctica en la resolución de conflictos.
Tipo B. La pelea es más fuerte de lo normal:
- – Reconocemos su enfado. «Parece que estáis enfadados»
- – Hacemos un comentario sobre sus puntos de vista. «Así que tú, Adriana quieres jugar con este muñeco, y tu Jorge, lo necesitas para completar tu equipo de futbol»
- -Describimos el problema con respeto. «Sois dos niños y queréis en mismo juguete. Es un problema complicado»
- – Expresamos nuestra confianza en que ellos lo pueden solucionar. «Estoy seguro de que seréis capaces de resolverlo vosotros solos»
- – Nos marchamos para que intenten solucionarlo solos.
Tipo C. Pelea que puede ser peligrosa
- – Preguntamos qué hacen. «¿Estáis jugando a peleas o va en serio?»
- – Informamos. Ponemos una regla si es que ya no estaba. «Sólo se puede jugar a peleas si los dos estáis de acuerdo»
- – Respetamos los sentimientos propios. «Me parece que el juego es muy fuerte, podéis jugar a otra cosa»
Tipo D. Pelea claramente peligrosa
- – Describimos lo que vemos. «Veo a dos niños muy enfadados que se van a hacer daño. Adriana va a tirar el camión a Jorge y Jorge le va a dar un golpe con la pala». Esto es importarte, ya que los niños se sorprender a oír la descripción y puede bajar un poco la tensión y la intensidad.
- – Separamos a los niños. «No es seguro que estéis juntos. Tenéis que calmaros un poco. Iros cada uno a una habitación»
Como podemos ver, se pueden usar muchas de las estrategias que se nos habían ocurrido antes, pero lo interesante es saber cuál puede ser más efectiva en cada momento según el tipo de pelea que identifiquemos.